Antonio Pacheco desarrolló la Terapia Corporal Integrativa como un método de autoconocimiento y transformación personal que integra cuerpo, mente, energía y emociones. El propósito de la TCI es ayudar a la toma de conciencia del individuo como un todo en equilibrio consigo mismo y con su entorno, poniendo en relación al cuerpo con lo emocional y lo cognitivo.
Nuestro cuerpo “memoriza” desde la infancia todas aquellas vivencias que no hemos sabido integrar adecuadamente, dando lugar a tensiones musculares que pueden llegar a cronificarse y convertirse en una armadura rígida que condiciona nuestra forma de ser: Cómo nos movemos, pensamos y sentimos…
La formación en TCI trabaja a diferentes niveles, desde una visión holística y pluridisciplinar que le aporta un carácter exclusivo. Dada la filosofía eminentemente vivencial de esta formación, todas las áreas son abordadas no sólo desde el plano teórico sino también, y fundamentalmente, de forma experiencial.
La formación abarca las siguientes áreas:
Los estudios comprenden un ciclo de tres cursos de duración anual, a cuya finalización —y una vez cumplidos los requisitos académicos de aprovechamiento y asistencia— se entrega un diploma acreditativo.
Cada curso consta de ocho talleres experienciales de fin de semana, y cada promoción de alumnos cuenta con un tutor, que supervisa directamente las necesidades y progresos de los asistentes.